Al principio no existía, era una esperanza, un sueño para ver si las tinieblas se alejaban. Luego fue un atisbo de alegría, y miedo, mucho miedo. Y luego se transformó en lentejita, más tarde en garbancito, y después Judion. Y de repente fue Limoncito, y así se quedó. Se quedó porque daba miedo ponerle nombre y porque parecía que Limoncito le quedaba bien. Y pasaron los meses, y también fue Luchador, porque se quedaba con nosotros. Y eso que el miedo seguía y aunque parecía que a veces se iba, por la noche volvía para demostrar que nada es seguro, que se puede soñar con las nubes, el cielo, el firmamento , y tocarlo con los dedos, y de repente desaparecer . Pero M llegó, oh sí, y el chiquitín es fuerte.
Y los días pasan , y mola, mola mucho estar con él, y ver cómo arruga la nariz o chasquea la lengua, o chapotea, o se cabrea, o se echa mini-siestas, o se acuna.
Así que su padre y yo le miramos embobados, y nos miramos y nos reímos. Porque a veces ni nos creemos que sea real.
Veremos a ver como de real me parece no estar con él cuando en menos de un mes tenga que volver a trabajar. Y no vea por primera vez como hace algo, o haga algo que ya no vuelva a hacer. Porque se les olvida. Ya por ejemplo M no hace pedorretas,aprendió y a otra cosa mariposa.
Asi que por ahora le seguiré mirando para no perderme como descubre el mundo.
Dibujo de Ali del Rey www.alidelrey.com
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