martes, 24 de diciembre de 2019

Navidades y dinosaurios


Ya estamos en Navidades, que significa que ya el año se acaba, que todo este tiempo ha pasado demasiado rápido, que no da tiempo a pensar. Solo a seguir en la rueda, siempre hacia adelante. Que hay días que son agotadores y quieres dormir y dormir. Y otros días se llevan mejor, y hay tiempo para jugar, para leer cuentos y para hacer cosquillas en la tripa.
Ya mañana es Navidad, y aunque nunca he celebrado Papa Noel, este año, con los niños, lo vamos a hacer. M, niño,  ha pedido una colchoneta para saltar y un hueso. El hueso es porque quiere un perro. Y me intenta convencer, y es genial, porque lo dice todo completamente convencido.  J, niña, de Papa Noel tendrá un dinosaurio. Aunque ya tiene muchos, pero son de su hermano, así que Papa Noel le traerá uno para ella.
En casa hay muñecas, pero a lo que le ha tomado verdaderamente cariño, que se lleva a la escuela, que si se lo quitan se pone a llorar, es a un Tiranosaurios Rex. Es de su hermano, y le tenemos que pegar la cabeza con celo porque se le ha roto, pero va con él a todas partes. Lo mejor de todo es que pesa lo suyo, y cuando ya no puede con él o se cansa, nos lo da para que se lo llevemos. Y se llama Cocó. No se de donde ha salido ese nombre, pero es así como lo llama ella.

Y para terminar, para M, regalo de disfraz de Frozen, que también lo ha pedido. Sí, niño de 4 años vestido de Frozen y niña de 2 años jugando con dinosaurios. Es divertido vivir sin roles predeterminados. Aunque tengo más problemas cuando M me dice que él se quiere vestir con vestido también, como Julieta, porque a él le hago camisetas, no vestidos..... qué se le va a hacer, no puede ser todo tan perfecto. 
A ver que tal se nos dan estos días, si conseguimos hacer planes interesantes con los niños, sacar un poco de tiempo también para la pareja, para nuestros hobbies, y para pasarlo bien en familia. Y en unos días 2020! Espero que al menos sigamos tan bien como este año, aunque estemos sin dormir, hayamos perdido algunas veces (o muchas) la paciencia, pero al menos hemos intentado día a día mejorar, aprender cosas nuevas con los niños, y seguir adelante.

Feliz Navidad!

El portal con sus amigos los dinosaurios.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Una mañana cualquiera


Una mañana cualquiera. Bueno, no específicamente, porque decidí cogerme un día de vacaciones e ir a la peluquería. Tranquilamente, sin estress, sin correr de un sitio para otro. Con tiempo para comer. Con tiempo para hacer alguna compra. Pues bien, ha habido de todo. Tranquilo..... no, no ha empezado así.
Mi marido lleva habitualmente los niños al colegio, pero justo él tenía que entrar pronto al trabajo, y los astros se alinearon para que yo estuviera en casa. Parecía fácil, M. me pide de vez en cuando que le lleve yo al cole, y le tengo que decir que tengo que trabajar. Así que estaba yo más contenta que contenta porque le iba a llevar.
Primer error - M. se ha atravesado, y como me ha visto en casa, ha empezado a decir que no quería ir al cole, para terminar gritando que no quería ir al cole, así que se ha quitado el uniforme del cole, y ha seguido llorando media hora. Como había que salir, le he puesto el uniforme de nuevo, y con los dos niños al cole.

 Salimos al cole, y en una frenada, la fuerza cinética hace que M se mueva demasiado hacia adelante, le miro. Ya no se si esto califica como segundo error, o segunda ¿*¡****¡¡¡¡??¿¿***! - M. se ha quitado el cinturón! Por qué? Porque tener un cinturón puesto le impedía poner en marcha su plan maestro de quitarse toda la ropa dentro del coche : pantalón, calzoncillo, zapatos.

Aparco, le visto entre gritos, y hay que hacer el camino desde el coche aparcado hasta la clase. Yo con J. en brazos (que ese cuerpo serrano de casi dos años pesa lo suyo),  y M. gritando que le coja en brazos también. Todo esto,  tirado y gritando/llorando en el suelo (puntualizo que ha llovido por la noche y todo está mojado).

 Que se hace en estos casos? No tengo ni la menor idea. Mira que me encantaría ir a un curso de disciplina positiva para saber algo. Porque lo único que tengo claro es que No sé nada. Así que le he cogido también en brazos. Que pasa ahora? Que me duele la espalda a morir por haber cargado con los dos : Tercera cagada, ya por llamarlo por su nombre. Con dos niños en brazos, cómo no se me iba a olvidar la merienda en el coche. Corriendo a por ella ya sudando a todo sudar.

Primera parte del plan completada. Siguiente parada, la escuela de Julieta. Para qué contar, que la dejo, se pone a llorar, y cuando la he vuelto a recoger, las maestras me cuentan que ha pasado un día fatal, llorando, muy triste. Se acordaba que la había dejado, y volvía a llorar…. Esto no pasa cuando la deja el padre.

Ya con los niños en sus respectivos colegios, he tenido la paz para ir a la peluquería, volver, comer y volver a recoger a los niños. Tarde más o menos bien con ambos ( y con la Patrulla Canina, porque ayer me ayudó bastante). Y yo pensando que mi marido y padre en cuestión de los hijos volvería pronto del trabajo, ya que había entrado pronto….. pero no - los astros estaban juguetones, así que el padre sale tarde, hay atasco en la carretera, no tiene gasolina y tiene que parar en la gasolinera…. Baños, cena, cuentos,  y dormir y se acaba el día, yo con mis pequeños herederos, porque me quedé dormida con ellos, y tan feliz. Yo y mis botas nuevas que me compré en mi día sin stress 😊  

Los pequeños herederos cuando no se tiran al suelo y patalean



lunes, 16 de septiembre de 2019

Septiembre, vuelta a la rutina


J ha empezado la guardería, y en una semana también han empezado los mocos. La llevaré al médico, para ver que no tenga otitis, ya que se queja demasiado; pero el estar trabajando, y con un niño malo, por lo menos a mí, hace que me sienta mal. Siento como una especie de rechazo al hecho de tener que trabajar. Porque no entiendo por qué tengo que trabajar y dejar a mi hijo enfermo en casa. Y por qué parece que estamos deshumanizados, que los niños no importan, que “ya se pondrán bien”, o “es normal que se pongan malos”, y los adultos siguen con sus vidas, los atascos, el trabajo, estar volcados en sacar una tarea adelante, o una reunión…. No se, es algo que no entiendo.  Y aún así, me levanto, cojo el coche y voy al trabajo.

Me tengo que levantar muy pronto para llegar al trabajo, y hoy he tenido una hora de atasco. Esto significa, que me voy de casa, sin  ver a los niños despiertos, o darles un beso. Sin desayunar con ellos, o bailar, reír, hablar. Con la casa a oscuras y sin hacer ruido, tengo que salir de casa. Para estar pensando continuamente, “cómo estará mi niña?” .

El malestar de J, se suma a que como ha empezado la guardería, está pasando por el trance, de que cuando la recojo, no se quiere separar de mí. Y de estar en brazos. Y de la mano. Y sin perderme de vista. Porque ¿Cómo debe ser que veas que te dejan en un sitio, que no conoces, con gente nueva, niños llorando, y que no sabes qué va a pasar luego?. No me extraña que luego sea como una lapita. Y hasta que no ve que no ve voy a volver a ir, no vuelve a estar más tranquila y vuelve a jugar sin estar pendiente de donde estoy. También pasa, que cuando salimos de la guardería, es un drama tener que ponerla de nuevo en el coche, que la tengo que soltar, y se ve de nuevo sola....

Que los lunes son complicados y un lunes, en septiembre, con la niña enferma, pues más.

Salida de la guardería y a dar teta, en el coche.  

viernes, 26 de julio de 2019

De nuevo verano.


El tiempo pasa volando. Y a mí no me da tiempo a nada. Ahora con el verano, las mañanas son de trabajo, las tarde de piscina. Y ya con eso se acaba el día. Pero es que los niños tienen mucha energía! J se ha soltado a andar hace tres semanas y le encanta ver los gatos, perros, palomas… aunque para ella todo son “guau guau”, así que si la quieres llevar a otro sitio mientras está observando al gato plácidamente dormido, se enfada y dice “noooo!!!”. 
Porque además de andar, habla por  los codos. Eso sí,  las únicas palabras que se le entienden son “mama”, “no”, “guau guau”, “agua” “papa”. Todo lo demás, aunque esté tres horas hablando porque no para, no se le entiende nada. Yo me parto de la risa, porque después de una parrafada a lo mejor termina con “mama”, y es “sí, sií,  estoy totalmente de acuerdo contigo”.  
Además J tiene amor por los zapatos. Se mete en el vestidor, me saca todos los zapatos, se los intenta poner… se enfada si se los quitas…. Ahora tenemos un problema, porque el vestidor se ha quedado sin luz, y ya que nos vamos a la playa en dos días, esto tiene pinta que no se va a arreglar en un par de semanas… o más… Así somos, todo por hacer. 
Que me he dado cuenta que si en invierno no tengo tiempo de nada, en verano es aún peor. Llego a la noche y ya que duermo a los niños, veo la hora, y digo, ya si eso sigo durmiendo. La diferencia está clara, en invierno los intento echar a dormir a las ocho, para tener un poco de tiempo por la noche, y en verano, pueden ser las ocho y estar saliendo de la piscina.

Y con la vorágine de un día tras otros que pasan casi sin darte cuenta,  de repente digo, tengo un niño que va a cumplir 4 años, una niña de un año y medio, y todo este tiempo se me ha pasado volando! Porque miro a M y veo ya un niño. Independiente y libre. Que a veces ni quiere hablar conmigo por telefono porque se lo está pasando bien. Y antes era estar colgado de mi cuello todo el tiempo.
Y veo a una niña que es feliz con sus zapatos, jugando con su hermano, o sentada en su silla pintando. Que la vida mirandola a través de sus ojos es genial, porque nos hacen ver de nuevo todo lo bonito que está a nuestro alrededor y damos por sentado. 

Feliz Verano! 


J feliz sentada

lunes, 13 de mayo de 2019

La Rabieta, con Mayúsculas.


Todo empezó el Sabado. Fuimos al Carrefour, J, M  y yo para hacer una fotos a J para la guardería. Tuve que entrar en el Carrefour, ahora no recuerdo para qué. Compré y nos fuimos tan felices. Sabado por la tarde, M le dice a papá, que ha visto unas zapatillas de cordones para el cole, que las necesita. Papá lleva a M al Carrefour para comprarle las zapatillas. Yo doy de cenar a J, me pregunto donde están estos chicos, si ha habido un  levantamiento zombi y se los ha llevado… pero no, peor, llegan, M con rabieta, porque había visto unas zapatillas de Paw Patrol, con cordones y con luces y papá no se las ha comprado. Papá me explica la situación : No había zapatillas blancas de cordones para el cole, pero M vió las de la patrulla canina y se le antojaron, pero el problema es que eran un 29 y él lleva un 26. Rabieta. Pero no una rabieta normal, no, ha sido La Rabieta. No si si algo superará a esto. Porque le ha durado hasta el domingo por la noche.
De hecho ha habido rabieta a las tres de la mañana del sábado, cuando se ha despertado, llorando que quería que papa le llevara a comprar las zapatillas. Ha habido rabieta por la mañana con la misma intensidad y la misma intención. Lo he manejado sacándole a pintar al jardín, que no sé si ha sido mejor o peor, porque estamos pintando las sillas de jardín, y cuando me he dado cuenta, tenía todo el culo del pantalón con barniz, y eso no se quita. (presagio otra rabieta cuando se de cuenta que sus pantalones y camiseta de Rayo McQueen están manchados y no va a quitarse)
Aquí creo que ha empezado el desastre,y yo soy parte del problema. Porque he decidido comprarle unas zapatillas de Paw Patrol, para el verano. Tenían luces, pero iban con velcro en lugar de cordones. Y ha sido feliz en el coche, hasta que hemos llegado a casa y de nuevo La Rabieta. Desde la hora de la comida hasta la hora de la cena, con un parón en casa de los abuelos, pero que se ha materializado, que en lugar de pegar gritos, lo que hacía era quitarle todos los juguetes a su hermana y no dejarla jugar con nada.
Y asi hemos seguido hasta el baño y la cena. Que ha sido infierno todo. Infierno, con todas las letras. Ya cuando ha razonado, eran las 8 y media de la noche, y a las 9 los hemos dormido. Yo me he dormido a las 9 y media. Pero agotamiento, de verdad. Y también que soy muy nueva en esto, y llega un momento en que es una lucha de poder. Un niño de tres años contra una madre de 43. No está claro quien ha ganado en esta lucha.
 
y así es como se solucionan las cosas. Una teta para cada uno. 

lunes, 6 de mayo de 2019

Vacaciones.... o no?


Con tanta fiesta y puente, esto ha sido un no parar. Aunque luego es muy duro volver a la realidad del día a día – Los mayores al trabajo y M al cole.

Fuimos a la playa en Semana Santa. Solo duramos tres días, porque empezaba a llover. En la ida debimos tardar como 8 horas. No habíamos salido de la comunidad de Madrid y ya habíamos parado; y a partir de ahí, lloros de J que no quería estar en la silla. Quejas de M que donde estaba la playa…. Llegamos  y menos mal que pudimos disfrutar de la playa tres días. Que tragarse el viaje de ida y el de vuelta con tan poca diferencia es duro. M al menos disfrutó con su bici paseando arriba y abajo y del mar. Bueno, los dos niños disfrutaron del mar. Es una gozada, la verdad.

M quiere ahora una bicicleta, con pedales y de mayores. Le hemos dicho que de regalo para su cumpleaños y ahora lo que pretende es convencernos que su cumpleaños es ahora. O que ahora es Agosto. O que ahora hace calor como en Agosto.

Lo del calor vamos a tener que hacérselo mirar, porque va a todas partes con pantalón corto, y manga corta. Y hay drama si su camiseta de futbolista se lava. Aunque también hay drama si su calzoncillo de cohete se lava. Ya quisiera yo ver a un negociador de rehenes o de situaciones peligrosas negociar con un niño de tres años. No hay un minuto de descanso ni de bajar la guardia. Que te intenta meter la trampa a las primeras de cambio.
Esto de que los días se alarguen no ayudan a la situación de los padres: que quieren descansar. Algo, un poco, una mijita. Algooooo. M se puede pasar todo el día fuera, que cuando volvemos a casa, rabieta porque quiere ir a la Dehesa de nuevo a pasear, o a cualquier sitio a pasear. O a jugar al baloncesto. O a montar en bici. O a montar en patinete.Y le intentas explicar que ya es por la tarde, que hay que cenar y dormir, y obviamente, te dice que es de día y hace sol. Y ahí sí que tiene razón. Pero lo que tienen los niños es que pueden pasar de estar arriba del todo, con fuerza y pegando saltos, a que de repente les viene la bajona, y de repente todo son lloros, gritos, y el cansancio que sale.

Y luego está J, que después de descubrir la posición vertical, no quiere pasar a estar sentada. Pero claro, tiene fuerza suficiente para dar pasos si la llevas de la mano, y así mantiene el equilibrio. Si no, pierde esa posición horizontal y a la vertical que va.

Y así estamos, cansados, y  yo con la espalda doblada de ir agachada con J cuando le da por andar. Aunque he aprendido una cosa. Todas las etapas pasan rápido! Un día estás diciendo no puedo más con la espalda,y al otro lo que vamos a estar es persiguiendo a J y a M en sus bicicletas.

Pero esto de no dormir está claro que no va bien para mis neurotransmisores, que están cortocircuitando, y no puedo mantener conversaciones normales porque se me olvidan palabras. O frases. O lo que quiero hacer en el siguiente momento. 

J , M y el mar

jueves, 11 de abril de 2019

Un hamster dentro de una rueda


Levantarse, ducharse, desayunar, coger el coche, conducir al trabajo;  trabajar, conducir de vuelta a casa, dar teta a M, comer, ( o comer y dar teta), recoger a M del cole, que jueguen poco, volver a casa; baños, cena, pijamas, dormir a los niños. Despertarse, dar teta a J, dormir a M que tiene pesadillas, volver a dormirme, despertarme, dar teta a J, volver a dormir a M, así en bucle hasta levantarse, ducharse y desayunar. Y empieza un nuevo día. Que lo se porque el sol se pone y sale, si no, sería como un hámster en una rueda, todo el día dando vueltas.

Claro que en todo este proceso hay fallos, que meto la pata, y la meto mucho. M ya está cansado del cole, el trimestre es largo, y no se quiere vestir, no se quiere poner el pijama, se pone lloroso y cansado. Y luego hay días donde le duele el oído, tiene mocos, o ya está y tiene el día atravesado. Quiere ir a la playa, quiere ir en manga corta, quiere ir al parque y están cayendo chuzos de punta. Y yo, en lugar de reconducir la situación, pues me sale un grito. Y mal. Mal. Empeoro la situación, que luego tengo que volver a reconducir. Un desastre.

Y hay días muy cansados, como ayer, que me lo cogí de vacaciones, les tuve que llevar a los dos al médico, luego tuvimos que ir al hospital a empezar las sesiones de fisioterapia con J, por la hipotonía, M no se quiso echar la siesta y se quiso venir conmigo  y con J. Luego a casa de nuevo (que ahí sí que se durmió M en el coche),y a seguir por la tarde. Total, que un día cansado.

Y luego ves todo lo que te dan, el amor, las risas, las contestaciones graciosas, y claro, se te pasan los males. Pero cuando estás en el meollo, intentando razonar, sin éxito, con uno llorando, el otro pidiendo, hay  momentos en que dices, me voy a la calle, que me da un chungo.

Al final, todo pasa, todo pasa. Y hay que disfrutar. Me lo digo, porque es verdad, y no hay que perder la perspectiva. ANIMOOOOO!!!!



primer día de fisioterapia con J.