miércoles, 6 de noviembre de 2019

Una mañana cualquiera


Una mañana cualquiera. Bueno, no específicamente, porque decidí cogerme un día de vacaciones e ir a la peluquería. Tranquilamente, sin estress, sin correr de un sitio para otro. Con tiempo para comer. Con tiempo para hacer alguna compra. Pues bien, ha habido de todo. Tranquilo..... no, no ha empezado así.
Mi marido lleva habitualmente los niños al colegio, pero justo él tenía que entrar pronto al trabajo, y los astros se alinearon para que yo estuviera en casa. Parecía fácil, M. me pide de vez en cuando que le lleve yo al cole, y le tengo que decir que tengo que trabajar. Así que estaba yo más contenta que contenta porque le iba a llevar.
Primer error - M. se ha atravesado, y como me ha visto en casa, ha empezado a decir que no quería ir al cole, para terminar gritando que no quería ir al cole, así que se ha quitado el uniforme del cole, y ha seguido llorando media hora. Como había que salir, le he puesto el uniforme de nuevo, y con los dos niños al cole.

 Salimos al cole, y en una frenada, la fuerza cinética hace que M se mueva demasiado hacia adelante, le miro. Ya no se si esto califica como segundo error, o segunda ¿*¡****¡¡¡¡??¿¿***! - M. se ha quitado el cinturón! Por qué? Porque tener un cinturón puesto le impedía poner en marcha su plan maestro de quitarse toda la ropa dentro del coche : pantalón, calzoncillo, zapatos.

Aparco, le visto entre gritos, y hay que hacer el camino desde el coche aparcado hasta la clase. Yo con J. en brazos (que ese cuerpo serrano de casi dos años pesa lo suyo),  y M. gritando que le coja en brazos también. Todo esto,  tirado y gritando/llorando en el suelo (puntualizo que ha llovido por la noche y todo está mojado).

 Que se hace en estos casos? No tengo ni la menor idea. Mira que me encantaría ir a un curso de disciplina positiva para saber algo. Porque lo único que tengo claro es que No sé nada. Así que le he cogido también en brazos. Que pasa ahora? Que me duele la espalda a morir por haber cargado con los dos : Tercera cagada, ya por llamarlo por su nombre. Con dos niños en brazos, cómo no se me iba a olvidar la merienda en el coche. Corriendo a por ella ya sudando a todo sudar.

Primera parte del plan completada. Siguiente parada, la escuela de Julieta. Para qué contar, que la dejo, se pone a llorar, y cuando la he vuelto a recoger, las maestras me cuentan que ha pasado un día fatal, llorando, muy triste. Se acordaba que la había dejado, y volvía a llorar…. Esto no pasa cuando la deja el padre.

Ya con los niños en sus respectivos colegios, he tenido la paz para ir a la peluquería, volver, comer y volver a recoger a los niños. Tarde más o menos bien con ambos ( y con la Patrulla Canina, porque ayer me ayudó bastante). Y yo pensando que mi marido y padre en cuestión de los hijos volvería pronto del trabajo, ya que había entrado pronto….. pero no - los astros estaban juguetones, así que el padre sale tarde, hay atasco en la carretera, no tiene gasolina y tiene que parar en la gasolinera…. Baños, cena, cuentos,  y dormir y se acaba el día, yo con mis pequeños herederos, porque me quedé dormida con ellos, y tan feliz. Yo y mis botas nuevas que me compré en mi día sin stress 😊  

Los pequeños herederos cuando no se tiran al suelo y patalean



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