lunes, 4 de febrero de 2019

Cortocircuitos


Llueve. Está gris. Hace frio. Me muero de sueño. Mala combinación si vuelves conduciendo del trabajo.
Estos días/semanas están siendo complicados. A mediados de Enero, J se puso mala con algún virus, traducido en fiebre, mocos y tos, y no dormir. A la siguiente semana,  M ha decidido que para qué dormir bien si se puede uno despertar cada 10 minutos. La ultima semana de Enero, M se puso malo, y volvimos a no dormir. Esta semana, lunes, J se ha despertado con fiebre (que se lo ha debido de pegar su hermano). Conclusión, tengo una cuadrilla de obreros con taladros, martillos  y picas dentro de mi cabeza, y no me dejan en paz.

Además he descubierto que mi marido cortocircuita. Y da chispazos, por no llamarlo exabruptos, o que estamos todos muy cansados ya. Un lunes cualquiera, los dos niños se despiertan a las 6:30 cuando yo me levanto para ir al trabajo, y es mi marido el que se queda con los dos. Y se despiertan los dos niños, que pueden que estén medio malos, o incubando algo, o que se despiertan así, y acontece el desastre absoluto.  El pobre, con dos manos, dos pies y una cabeza, y dos niños gritando y pidiendo su atención, cortocircuita y entra en barrena. Menos mal que se reinicia y luego atiende a un niño y a otro. Pero sí, son mañanas complicadas.  

Todavía queda mucha semana por delante y muchas noches de no dormir, y solo puedo pensar lo que dice M cuando le propones algo que no quiere hacer en ese momento:

Padres:  - “vamos a cenar”
M :- mañana.


Padres:  - vamos al cole
M :- - mañana

Padres:  - vamos a ver a los abuelos
M :- - mañana

- Padres:   vamos a dormir
M :- - mañana

Aunque aquí también puede decir, si es la siesta " es de día, mama".  Ese es su interés en dormir.

Que estemos cansados también ayuda que de repente el momento de la cena se vuelva complicado, yo tire un vaso de agua, M se haya quitado las zapatillas y quiera hacer la danza de la lluvia con el agua derramada, que sus padres se pongan a gritar que no pise el agua, que termine todo en lloros...y yo pienso, y luego hay otras familias, que relativizan y todo es genial, y paz, y momentos zen..... y yo solo puedo decir que no llego a esos momentos zen. Aún. Lo estoy intentando.

Días que me funciona mejor el Zen y hacemos galletas.

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