23
meses. 23 meses de lactancia. Si me lo dicen en el día 2 no me lo creo. Que M
no se enganchaba, que era casi imposible pensar que iba a mamar, que le dabamos
suplemento de leche porque no mamaba. Recuerdo esa noche en el hospital,
totalmente abatida porque era incapaz, y el padre de M intentándome consolar.
La enfermera de la planta intentando ayudarme, poniéndome a M en diferentes
posiciones a ver si se enganchaba. Y saliendo el tercer día habiendo conseguido
que M se cogiera a un pecho. Compré pezoneras que no usé, porque todavía era
peor, y con esa incertidumbre nos fuimos a casa.
Y en
casa lo seguíamos intentando, M y yo, y la verdad que tengo que dar todo el mérito
a M, porque llegó un momento en que se enganchó bien, y mamaba. Y se dormía. Y
perdía peso, y seguíamos con el suplemento. Y justo cuando cumplió un mes, se
me cruzaron los cables, y dije “sin suplemento, porque tengo los pechos que van
a estallar y este niño tiene que vaciar algo esto”.
Y sería
porque era el momento justo, porque M tenía ya más peso y más fuerza pero la
cosa funcionó, y M empezó a coger peso. Y tenía yo tan poca fe que todo fuera a
continuar tan bien, que solo me compré un sujetador de lactancia, y no tengo
nada de ropa de lactancia. Pero la cosa siguió funcionando, y funcionando, y
cumplimos un año. Y ha sido duro, porque M se despertaba de 10 a 12 veces por
la noche, (y estoy hablando ya con más de un año), pero mamaba y se dormía, y
yo me volvía a dormir también. Pero es cansado.
Y cumplimos un año y medio. Y en
Diciembre, pensaba que ya no podía más, y que había que destetar pero también
superamos el bache, al igual que otros mucho baches, de dormir mal, de
cansancio, ojeras…pero también estaba la felicidad de M, la mía por compartir
esos momentos, y hemos llegado a los 23 meses.
Justo
ahora no ha sido planeado, pero como M se puso malo, con 39 de fiebre, (y hacía
39 grados en la calle también), M estaba sediendo, y al final le dabamos agua,
y por la noche cuando se despertaba, también le dábamos agua. Y llegaba la
tarde, y después de la noche tan cansada, había días que M quería teta, y los
dos nos sentábamos tranquilos, pero había otros días que le decía que “la teta
está dormida” y así , poco a poco, sin pensarlo, sin estress, de repente me
encuentro que en un día, M ha cogido la teta un poco para dormirse y ya está. Y
ya no me ha pedido más, en todo el día.
Asi
que, 23 meses de lactancia,que han sido maravillosos y un regalo, y que con
melancolía, se están acabando. Pero que me han encantado.
y tan felices en la playa.
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