Sustos y hospitales

El 11 de julio era el tercer aniversario de Martina, que nació y nos dejó. Habitualmente lo celebramos recogidos en familia, porque es un día con muchas emociones, fue nuestra primera gelihija, nos dejó demasiado pronto, y la seguiremos echando de menos aunque pasen un millón de días. 
Pero el destino hizo que tuviéramos que estar con M en el hospital ese día. M se despertó, remolón , que nunca lo es, y como estaba yo en casa porque me encontraba mal, me tumbé un poquito con él en la cama. Pero llegó la hora de levantarse y de repente, se cayó. Se volvió a poner de pie, y se caia, no podía andar. Igual que estando sentado, no se mantenía. Así que corriendo al hospital donde le ingresaron, le hicieron un TAC, una puncion lumbar, y a esperar resultados. Fue mejorando poco a poco, y tras cuatro días le dieron el alta. Todavía no tenemos un diagnostico claro, pero lo más probable es que haya sea causado por un virus . Ahora M se está recuperando y esperemos que el episodio no se vuelva a repetir porque ciertamente asusta mucho. No te das cuenta del miedo que se puede pasar, el stress, la ansiedad, la incertidumbre que se vive... y que todos los demás problemas desaparecen, se hacen pequeños, y tú cabeza está solo centrada en que tu niño se ponga bien.

A la semana, a M le salió un sarpullido extraño, asi que de vuelta al hospital, a ver qué era. El resultado, probablemente por la respuesta inmunologíca al virus. Otro susto, en el que M sigue en estado de recuperación, pero que no parece serio.

M ha vuelto esta semana a ser como es él habitualmente, un niño feliz, un terremoto, inquieto, curioso, y atento a todo lo que pasa a su alrededor, y en estos momentos emocionado con su triciclo y la velocidad, así que,,hay que disfrutar lo máximo! 

Felices vacaciones!

En el hospital

Destete

23 meses. 23 meses de lactancia. Si me lo dicen en el día 2 no me lo creo. Que M no se enganchaba, que era casi imposible pensar que iba a mamar, que le dabamos suplemento de leche porque no mamaba. Recuerdo esa noche en el hospital, totalmente abatida porque era incapaz, y el padre de M intentándome consolar. La enfermera de la planta intentando ayudarme, poniéndome a M en diferentes posiciones a ver si se enganchaba. Y saliendo el tercer día habiendo conseguido que M se cogiera a un pecho. Compré pezoneras que no usé, porque todavía era peor, y con esa incertidumbre nos fuimos a casa.

Y en casa lo seguíamos intentando, M y yo, y la verdad que tengo que dar todo el mérito a M, porque llegó un momento en que se enganchó bien, y mamaba. Y se dormía. Y perdía peso, y seguíamos con el suplemento. Y justo cuando cumplió un mes, se me cruzaron los cables, y dije “sin suplemento, porque tengo los pechos que van a estallar y este niño tiene que vaciar algo esto”.

Y sería porque era el momento justo, porque M tenía ya más peso y más fuerza pero la cosa funcionó, y M empezó a coger peso. Y tenía yo tan poca fe que todo fuera a continuar tan bien, que solo me compré un sujetador de lactancia, y no tengo nada de ropa de lactancia. Pero la cosa siguió funcionando, y funcionando, y cumplimos un año. Y ha sido duro, porque M se despertaba de 10 a 12 veces por la noche, (y estoy hablando ya con más de un año), pero mamaba y se dormía, y yo me volvía a dormir también. Pero es cansado.

Y cumplimos un año y medio. Y en Diciembre, pensaba que ya no podía más, y que había que destetar pero también superamos el bache, al igual que otros mucho baches, de dormir mal, de cansancio, ojeras…pero también estaba la felicidad de M, la mía por compartir esos momentos, y hemos llegado a los 23 meses.

Justo ahora no ha sido planeado, pero como M se puso malo, con 39 de fiebre, (y hacía 39 grados en la calle también), M estaba sediendo, y al final le dabamos agua, y por la noche cuando se despertaba, también le dábamos agua. Y llegaba la tarde, y después de la noche tan cansada, había días que M quería teta, y los dos nos sentábamos tranquilos, pero había otros días que le decía que “la teta está dormida” y así , poco a poco, sin pensarlo, sin estress, de repente me encuentro que en un día, M ha cogido la teta un poco para dormirse y ya está. Y ya no me ha pedido más, en todo el día.

Asi que, 23 meses de lactancia,que han sido maravillosos y un regalo, y que con melancolía, se están acabando. Pero que me han encantado.

y tan felices en la playa.