Vaya
septiembre que llevamos. Había empezado muy bien, porque como todavía hacía
calor a principios de Septiembre, íbamos
a la pisci, y M se lo pasaba en grande. Ya ha empezado a andar, agarrado, y en
el césped gateaba, se levantaba apoyado sobre un árbol, te pedía la mano, daba
grititos de placer cuando se acercaba al agua…. Pero como va como un locatis,
se soltó de la mano de la abuela y se hizo una brecha. Una buena brecha. En
medio de la frente. Necesitaba puntos y en lugar de coser, le echaron un
pegamento quirúrgico, que por lo visto se está usando ahora bastante para esta
clase de heridas. Lo malo es que no juntaron los bordes bien y ahora que ya está
cicatrizando, se ve que los bordes están separados. Motivo de enfado con el
mundo, porque ya se lo podían haber hecho bien.
Pues no
ha pasado ni una semana y M está con un catarro considerable. Y faringitis. Así
que las noches se han vuelto de nuevo de lo más interesante. No puede dormir y
se despierta cada 20 minutos como mucho; eso si consigue dormir.
Ainss
que tristeza verle marcado como Harry Potter, en toda la frente, y ahora
malito. Todo esto lleva que no coma
mucho, con lo que es un nuevo motivo de
preocupación.
Ya sé
que todo el mundo te dice que los niños se ponen malos, que se caen, pero
claro, no es lo mismo que te lo cuente el vecino que sufrirlo tú en tu bebe.
Y queda
mucho invierno por delante, que todavía no hemos entrado ni en el otoño.
Definitivamente me gustaba más el verano y la piscina, aunque ahora si M
empieza a andar nos esperan las tardes en el parque. Veremos si el tobogán le
gusta tanto como el agua…..
Voy a poner una foto de la piscina, para recordar los días de verano.
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