Empezamos
el segundo año de M igual que el primero, con control de peso! Como es posible?
Menos
mal que los días de verano molan. Porque aunque esté trabajando, con la
reducción de jornada me da tiempo a llegar a casa, cargar con M, e irnos un
poco a la piscina a que chapotee. Y como le encanta, pues disfruto viéndole.
Porque es acercarse al agua y empezar a dar gritos de alegría. Y le tengo que
sujetar para que no se lance de cabeza al agua, no tiene ninguna sensación de
peligro este niño. Voy a puntualizar que toda la sensación de peligro la
acumula el padre, que si fuera por él, no le dejaría ni que gateara no vaya
a ser que salga un gusano gigante entre la hierba y le engulla.
Y M
tiene una atracción especial con el churro de la piscina, pero el pobre no
puede levantarlo. Yo creo que le encantaría dar golpes con él, debe pensar “ si
un palo pequeño hace ruido, este palo grande debe ser increíble! “.
Le
compramos un juego de Ikea para dar golpes, pero M siempre nos deja mal y
prefiere usar cualquier otra cosa. Las pajitas de los refrescos también le
encantan, por cierto.
Y en la
piscina, con su pelota, su churro, viendo las hojas que se caen al suelo,
tocando el césped, los árboles, mirando al cielo cuando pasa un avión,
siguiendo una mariposa que vuela cerca, M está feliz. Y desnudo, claro, porque
es intentar vestirle y empieza a dar unos gritos que parece que le estás
metiendo en un saco con pinchos.
Lo
dicho, los días de verano molan….
Qué felices días de verano con M.! Tan bonito él con sus ojazos♡
ResponderEliminarMuaaas
Gracias! Los días de verano molan aquí y en Dublín!
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