sábado, 14 de mayo de 2016

Historias de cama

M ha aprendido a darse la vuelta, así que practica su última azaña felizmente . Y si es la hora de acostarse y estamos en la cama para darle de mamar, lo que hace es mamar, darse la vuelta, volver al punto de partida y engancharse de nuevo a la teta. Lo único que le pasa, es que a veces cambia su eje, y claro, en lugar de volver a la altura de la teta vuelve y se encuentra a la altura del ombligo, de mi nariz, o a medio metro de distancia; lo vuelve a intentar  y cada vez se aleja más. Intenta reptar pero no se mueve, y se decide por la opción "si Mahoma no puede ir a la montaña , llevo la montaña a Mahoma", pero... Coger la teta con la mano para llevársela a la boca es un imposible. Así que me apiado de M,  le vuelvo a recolocar y empezamos de nuevo.

Y ahí empieza el ajetreo nocturno, porque cuando se queda dormido, le muevo a la cuna, se vuelve a despertar, le vuelvo a mover, me hago un jaleo con las sabanas en la oscuridad, así que tiro de ellas, las saco, hago una bola y las tiro fuera de la cama. El edredón se ha movido así que  coloco todo de nuevo, al niño, al edredón, a mí misma y vuelta a empezar. A todo esto el padre de M sigue durmiendo feliz, no sé si ya con edredón o sin él, pero seguro que con sabana no porque está en el suelo. Me lo imagino atacado por Dementores, y por eso no dice ni una palabra. Pero ya tengo bastante por la noche con conseguir que M se duerma cómo para ponerme a luchar como Harry Potter, así que vuelvo a quedarme dormida. Menos mal que es fin de semana y la previsión de tiempo dice que no va a llover!

Dibujo de Ali del Rey www.alidelrey.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario