domingo, 25 de marzo de 2018

Noches

Una ya no sabe la diferencia entre el día y la noche. Dormir a M, que ahora le ha dado por “mamá, en brazos, dormir en brazos”, dar la teta a J, quitar mocos a J, cambiar pañal.... 
Esta noche, me quedé dormida con M, a las 12 vino el padre a dormir, con J metida en la cuna, porque se quedó con ella para que yo descansara algo. En esto que M se despierta y pide agua, y ya, de nuevo pide que le duerma en brazos. Le cuesta dormirse, y entro en un círculo de cogerle, acunarle, dejarle en la cama, que vuelva a pedir brazos... hasta las 2:30 que más o menos se vuelve a dormir. Mientras tanto, doy con el pie al padre que está roncando. No es que no se lo merezca, es que con tanto ruido M va a pensar que esto es un cachondeo y no va a dormir. Y J durmiendo en la cuna, más o menos, porque tiene mocos y de repente la escucho que no puede respirar. Así que en vela estoy, aunque alguna cabezada he debido de dar porque ya son las tres y media y me tengo que levantar, ya sí, porque J se ha despertado, o por los mocos o por hambre. Así que la echo suero salino, cambio el pañal, rezo porque M no se despierte de nuevo, y le doy teta a J, y de nuevo a la cama. Pero no, M se despierta, y vuelta a empezar el circulo. Asi hasta la hora de levantarse. Que todos los días y las noches son iguales para mi, y se convierte todo en algo borroso, de cuando lo he hecho o si ha existido. después de esto, solo puede mejorar la cosa.